Thursday, March 22, 2007
Advierte La UNAM Daños Irreversibles a Chamela
Preocupa a investigadores la explotación de agua y la desaparición de especies de flora y fauna endémicas de la región. Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierten que con la construcción de los complejos turísticos “Marina Careyes” y “Tambora” en la costa de Jalisco, no sólo ejercerán una fuerte presión sobre la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala, sino que provocarán daños irreversible en especies de flora y fauna que desaparecerían a mediano plazo, así como la sobreexplotación de un arroyo, principal fuente de abasto.La consigna fue lanzada ayer, durante el coloquio realizado por la UNAM en la Ciudad de México, donde presentaron un análisis de los impactos ecológicos que generarán estos proyectos hoteleros autorizados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de acuerdo a un comunicado emitido por la institución educativa.En la reserva, que cuenta con una extensión de 13 mil 142 hectáreas, se estima que hay 427 especies de vertebrados, es decir, 20% de las existentes en el país, aseguró Jorge Vega Rivera, de la Estación de Biología Chamela del Instituto de Biología.El proyecto “Tambora ”, será un hotel de 100 habitaciones de gran turismo, que contempla también la construcción de un campo de golf y lotes residenciales, mientras que el complejo “Marina Careyes”, en un área de 256 hectáreas, contará con una marina para 161 yates, zonas comerciales, entre otras actividades.Mauricio Quesada , investigador del Centro de Investigaciones en Ecosistemas (Cieco), insistió en que de acuerdo con las manifestaciones de impacto ambiental, “ se argumenta que ambos complejos están planteados de acuerdo con el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial del Estado de Jalisco, el cual permite la implementación de proyectos turísticos de baja densidad en la zona de amortiguamiento de la reserva. “Sin embargo, éstos se encuentran lejos de ser de baja densidad y sí afectarán las áreas de amortiguamiento de la reserva y a ella misma”.Precisó que los “proyectos establecen que no habrá un impacto negativo directo sobre la reserva Chamela-Cuixmala, porque se encuentran fuera de sus límites. Si bien es cierto, en términos biológicos su construcción y operación a menos de dos kilómetros de los límites de la reserva, tendrán repercusiones directas e indirectas sobre su integridad y funcionamiento, así como de otras áreas naturales protegidas y de los ecosistemas de la región”.Por su parte, César Domínguez sostuvo que uno de los impactos negativos más graves “es la extracción de agua (más de 1.5 millones de metros cúbicos por año) de una fuente estacional que actualmente está sujeta a explotación. No se presentan datos (en la Manifestación de Impacto Ambiental) que respalden el uso sustentable de este enorme volumen de líquido, ni sobre la capacidad de producción de la cuenca del arroyo Chamela”.Recientemente, Chamela-Cuixmala fue incluida en la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de la UNESCO. Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierten que con la construcción de los complejos turísticos “Marina Careyes” y “Tambora” en la costa de Jalisco, no sólo ejercerán una fuerte presión sobre la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala, sino que provocarán daños irreversible en especies de flora y fauna que desaparecerían a mediano plazo, así como la sobreexplotación de un arroyo, principal fuente de abasto.La consigna fue lanzada ayer, durante el coloquio realizado por la UNAM en la Ciudad de México, donde presentaron un análisis de los impactos ecológicos que generarán estos proyectos hoteleros autorizados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de acuerdo a un comunicado emitido por la institución educativa.En la reserva, que cuenta con una extensión de 13 mil 142 hectáreas, se estima que hay 427 especies de vertebrados, es decir, 20% de las existentes en el país, aseguró Jorge Vega Rivera, de la Estación de Biología Chamela del Instituto de Biología.El proyecto “Tambora ”, será un hotel de 100 habitaciones de gran turismo, que contempla también la construcción de un campo de golf y lotes residenciales, mientras que el complejo “Marina Careyes”, en un área de 256 hectáreas, contará con una marina para 161 yates, zonas comerciales, entre otras actividades.Mauricio Quesada , investigador del Centro de Investigaciones en Ecosistemas (Cieco), insistió en que de acuerdo con las manifestaciones de impacto ambiental, “ se argumenta que ambos complejos están planteados de acuerdo con el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial del Estado de Jalisco, el cual permite la implementación de proyectos turísticos de baja densidad en la zona de amortiguamiento de la reserva. “Sin embargo, éstos se encuentran lejos de ser de baja densidad y sí afectarán las áreas de amortiguamiento de la reserva y a ella misma”.Precisó que los “proyectos establecen que no habrá un impacto negativo directo sobre la reserva Chamela-Cuixmala, porque se encuentran fuera de sus límites. Si bien es cierto, en términos biológicos su construcción y operación a menos de dos kilómetros de los límites de la reserva, tendrán repercusiones directas e indirectas sobre su integridad y funcionamiento, así como de otras áreas naturales protegidas y de los ecosistemas de la región”.Por su parte, César Domínguez sostuvo que uno de los impactos negativos más graves “es la extracción de agua (más de 1.5 millones de metros cúbicos por año) de una fuente estacional que actualmente está sujeta a explotación. No se presentan datos (en la Manifestación de Impacto Ambiental) que respalden el uso sustentable de este enorme volumen de líquido, ni sobre la capacidad de producción de la cuenca del arroyo Chamela”.Recientemente, Chamela-Cuixmala fue incluida en la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de la UNESCO. Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierten que con la construcción de los complejos turísticos “Marina Careyes” y “Tambora” en la costa de Jalisco, no sólo ejercerán una fuerte presión sobre la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala, sino que provocarán daños irreversible en especies de flora y fauna que desaparecerían a mediano plazo, así como la sobreexplotación de un arroyo, principal fuente de abasto.La consigna fue lanzada ayer, durante el coloquio realizado por la UNAM en la Ciudad de México, donde presentaron un análisis de los impactos ecológicos que generarán estos proyectos hoteleros autorizados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de acuerdo a un comunicado emitido por la institución educativa.En la reserva, que cuenta con una extensión de 13 mil 142 hectáreas, se estima que hay 427 especies de vertebrados, es decir, 20% de las existentes en el país, aseguró Jorge Vega Rivera, de la Estación de Biología Chamela del Instituto de Biología.El proyecto “Tambora ”, será un hotel de 100 habitaciones de gran turismo, que contempla también la construcción de un campo de golf y lotes residenciales, mientras que el complejo “Marina Careyes”, en un área de 256 hectáreas, contará con una marina para 161 yates, zonas comerciales, entre otras actividades.Mauricio Quesada , investigador del Centro de Investigaciones en Ecosistemas (Cieco), insistió en que de acuerdo con las manifestaciones de impacto ambiental, “ se argumenta que ambos complejos están planteados de acuerdo con el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial del Estado de Jalisco, el cual permite la implementación de proyectos turísticos de baja densidad en la zona de amortiguamiento de la reserva. “Sin embargo, éstos se encuentran lejos de ser de baja densidad y sí afectarán las áreas de amortiguamiento de la reserva y a ella misma”.Precisó que los “proyectos establecen que no habrá un impacto negativo directo sobre la reserva Chamela-Cuixmala, porque se encuentran fuera de sus límites. Si bien es cierto, en términos biológicos su construcción y operación a menos de dos kilómetros de los límites de la reserva, tendrán repercusiones directas e indirectas sobre su integridad y funcionamiento, así como de otras áreas naturales protegidas y de los ecosistemas de la región”.Por su parte, César Domínguez sostuvo que uno de los impactos negativos más graves “es la extracción de agua (más de 1.5 millones de metros cúbicos por año) de una fuente estacional que actualmente está sujeta a explotación. No se presentan datos (en la Manifestación de Impacto Ambiental) que respalden el uso sustentable de este enorme volumen de líquido, ni sobre la capacidad de producción de la cuenca del arroyo Chamela”.Recientemente, Chamela-Cuixmala fue incluida en la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de la UNESCO. por: EL INFORMADOR/Redacción http://www.informador.com.mx/informador/modules/xfsection/article.php?page=1&articleid=56710
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