Wednesday, June 6, 2007

Amigos de causas verdes lamentan un futuro... gris

Ven buenos indicios, pero creen que la cobija no alcanza para todo
Estiman que los programas necesitan claridad y sobre todo presupuestos.

La estrategia de Felipe Calderón para proteger y aprovechar sustentablemente el medio ambiente genera “lecturas ambivalentes” entre científicos y grupos ambientalistas. En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora hoy, investigadores de los institutos de Biología y Ecología de la UNAM, al igual que la agrupación Greenpeace, comentan con ironía que “sembrar arbolitos no es hacer bosque”.Consultados sobre tres de los principales programas que impulsa el gobierno federal a favor de la naturaleza –Proárbol, el Programa de Especies Prioritarias y la Estrategia Nacional contra el Cambio Climático (ENCC)– los especialistas dicen que por un lado hay que celebrar que las autoridades atendieran peticiones y sugerencias que se les han hecho desde hace 20 años, pero que aún falta demostrar más voluntad con presupuesto y con una aplicación estricta de la ley.“Tenemos que ser muy claros en que la ley tiene que aplicarse de la misma forma para todos, pues en este momento vemos que el tráfico de influencias, como en los desarrollos turísticos junto a la reserva de Chamela-Cuixmala; los talamontes organizados en las lagunas de Zempoala y el narcotráfico que ha hecho tierra de nadie las zonas más profundas de las reservas naturales, están presionando a la flora y fauna”, indicó Rodrigo Medellín, especialista en Ecología de la Diversidad, del Instituto de Ecología. México es uno de los 12 países del mundo con más riqueza biológica. Una de cada diez especies animales y vegetales que se conocen sobre la Tierra habitan en los 65 ecosistemas, hábitats y ecorregiones conocidas. En este país existe el mayor número de especies de reptiles, tortugas marinas, cactáceas y agaváceas, al mismo tiempo que estamos entre los primeros cuatro lugares en mamíferos, anfibios, orquídeas, suculentas y pinos.Debido a que, según la Comisión Nacional Forestal, cada año se pierden 600 mil hectáreas de bosque en México , las cuales están en las zonas más pobres del país, el gobierno de Felipe Calderón puso en marcha el programa Proárbol, para pagar compensaciones económicas, adicionales al Procampo, a personas que siembren árboles en lugar de granos. Además de invertir 300 millones de pesos para ayudar a personas que realicen servicios amibientales: selección de semillas, limpieza de brechas y creación de viveros, entre otros.Cecilia Navarro, de Greenpeace dice que, aunque aún no han hecho un análisis más fino sobre el planteamiento de Calderón, sí observan una debilidad en que la Estrategia contra el Cambio Climático no tenga un presupuesto propio, y consideran una falacia pensar que sembrar más árboles disminuirá la cantidad de dióxido de carbono que los mexicanos liberamos al ambiente.“Las declaraciones sin presupuesto no sirven… Para verdaderamente atajar el cambio climático hay que reducir las emisiones de carbono con una política realmente transversal. Los programas de reforestación son positivos, pero hay que recordar que de cada 100 árboles que se plantan sólo sobreviven 25 y que los ecosistemas requieren muchos más elementos para estar en equilibrio”.Fernando Cervantes Reza, secretario académico del Instituto de Biología de la UNAM, considera que es positiva la creación del Programa de Especies Prioritarias de Semarnat, que tomará como bandera al jaguar, lobo mexicano, vaquita marina, águila real y tortuga laúd, pero lamentó su insuficiencia ante la presión que viven otras tres mil 500 familias de vertebrados presentes en este país.“Como esas cinco especies hay otros centenares de animales amenazados; por ejemplo, hay muchos roedores y pequeños mamíferos que, como nadie conoce, no hay programas para protegerlos y seguramente se van a extinguir”, añadió el especialista.

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