Sergio Hernández
Ni en la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp), ni en la Comisión para el Manejo y Uso de la Biodiversidad (Conabio), ven con buenos ojos que se pretenda autorizar un tercer proyecto turístico en la zona de Chamela Cuixmala, que el Gobierno de México se comprometió a proteger ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
En un oficio dirigido a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el titular de la Conanp, Ernesto Enkerlin Hoeflich, advierte que el proyecto turístico de lujo denominado Rancho Don Andrés, se pretende edificar en una zona de la costa de Jalisco considerada por el Fondo Mundial de la Vida Silvestre (WWF) como una de las ecorregiones prioritarias para la conservación a nivel mundial.
Además, advierte que Rancho Don Andrés se ubicaría junto a la playa Teopa, un santuario para la conservación de la tortuga marina donde los empresarios pretenden realizar actividades para los turistas como cabalgatas, lo que Conanp considera como inaceptable.
"Sobresale el hecho de que este sitio es una de las pocas playas mexicanas que acoge a la tortuga laúd, especie en peligro crítico y cuyas poblaciones aún no se recuperan", indica el oficio enviado por Ernesto Enkerlin a la Dirección de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat.
En esta última dependencia, el año pasado se autorizaron en la misma zona de Chamela los complejos turísticos Tambora y Marina Careyes, a pesar de la postura en contra de diversas instancias.
La Conanp señala a la Semarnat en su oficio F00384 que en la decisión final de autorizar o no el proyecto, se debe tomar en cuenta que Rancho Don Andrés afectará al bosque tropical caducifolio, considerado como el ecosistema tropical más amenazado del planeta.
La Semarnat analiza los impactos que traerá el proyecto Rancho Don Andrés, basado en un documento denominado Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que los empresarios mandan elaborar a despachos de especialistas en el tema.
Pero la MIA de Rancho Don Andrés tiene importantes carencias, de acuerdo con la Conanp, porque, entre otras cosas, no abunda en los impactos ambientales.
De Conabio no fue posible obtener el documento con la postura oficial sobre Rancho Don Andrés.
Pero el Doctor Eduardo Morales Guillaumin, Coordinador de Información y Servicios Externos de Conabio, dijo que sería delicada la afectación a la selva de esta zona de la costa de Jalisco, como en su momento lo señalaron a la Semarnat sobre el proyecto Tambora, que se edificará también en Chamela Cuixmala.
"Para esa zona en particular es un poco delicado (el proyecto) porque es una zona donde se está protegiendo el bosque tropical caducifolio y (la costa del Pacífico) es el último gran remanente de este tipo de vegetación en nuestro País", indicó Eduardo Morales.
"Estamos poniendo bajo una presión muy fuerte, no sé si innecesaria, a los últimos relictos de este tipo de vegetación en nuestro País".
Calla la UdeG
La Universidad de Guadalajara guarda con celo su diagnóstico de los proyectos turísticos en Chamela Cuixmala, a pesar de que ya terminó el análisis, documento realizado por el Departamento de Estudios para el Desarrollo Sustentable de las Zonas Costeras.
Cuando funcionarios de la Semarnat se enteraron de que habría una postura pública de la UdeG, como lo hizo la UNAM, se alarmaron.
El Director de Impacto Ambiental de Semarnat, Ricardo Juárez, denunciado por autorizar sobre Chamela dos complejos turísticos, se trasladó en abril a Melaque, para hablar con investigadores de la UdeG.
La primera versión del documento de la Universidad señalaba una negativa rotunda para que Semarnat autorizara una nueva afectación en Chamela, pero luego de los encuentros con funcionarios federales, la postura universitaria es incierta.
Monday, May 28, 2007
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